Ambrosia para mi alma.

Para que perdure en la memoria,
cuando ya no existan los recuerdos.
Para saber que no fue un sueño,
ni un suspiro en el tiempo.

Todas y cada una de esas bellas sentencias,
que alguna vez me dijiste sincero,
quedarán para siempre encarceladas,
en este humilde documento.

Pero de nada servirá,
reunir cada una de esas palabras.
Pues es el sentimiento que hay detrás,
lo que deseo ver perdurar en mis entrañas.

Y es que es la cita verdadera,
la más profunda y sincera;
como no podría ser de otra manera,
la que me deja noches en vela.

¡Así que dilo!
¡Dilo de esa manera!
¡Cuéntame lo que como luz mi alma anhela!

Lo que las voces gritan ahogadas,
Lo que los diablos se callan.
Confíame eso, de lo que me siento tan desesperada.

Dime que me quieres,
Cuando de mi alma no queden más que cenizas.
Dime que amas,
Cuando la felicidad se haga trizas.

Dime que me quieres,
Cuando la luna me desafíe ociosa.
Dime que me amas,
Cuando ninguna mirada sea jocosa.

Díselo ahora a esta sombra marchitada.
Susúrraselo a esta tenue neblina.
Grítaselo a este cuento de hadas.
Musítaselo a esta joven serpentina.

Recítame esas palabras,
Que son hoy ambrosía para mi alma.